EL DESEO DE SALIR ADELANTE
Cuando yo
tenia 10 añitos mis padres me habían llevado de visita donde mis tíos, a
quienes no había visitado durante un largo tiempo, el viaje duro poco y una vez
allá desempacamos las cosas, mientras mis papas conversaban con mis tíos yo
me dispuse a salir a dar un paseo para calmar mi curiosidad, seguía
caminando hasta que me topé con un grupo de niños que estaban jugando en el
parque. Quería saber lo que estaban haciendo y decidí acercarme más a ellos.
-Hola ¿Qué hacen? -
Pregunte sorprendida.
Ellos me regresaron a ver y uno de ellos me dijo:
-Nosotros practicamos malabares para cuando el semáforo cruce de verde a rojo podamos salir a demostrar y de esta manera nos ganamos algunas monedas.
Me di cuenta que era tarde, me despedí y fui a casa.
Al llegar a casa abrí la puerta y vi que mi padre seguía platicando con mi tío.
Silenciosamente me acerque y escuche que mi papá le pidió a mi tío que nos deje quedar unos meses, debido a que perdió su trabajo y ya no tenemos a donde ir.
Ellos me regresaron a ver y uno de ellos me dijo:
-Nosotros practicamos malabares para cuando el semáforo cruce de verde a rojo podamos salir a demostrar y de esta manera nos ganamos algunas monedas.
Me di cuenta que era tarde, me despedí y fui a casa.
Al llegar a casa abrí la puerta y vi que mi padre seguía platicando con mi tío.
Silenciosamente me acerque y escuche que mi papá le pidió a mi tío que nos deje quedar unos meses, debido a que perdió su trabajo y ya no tenemos a donde ir.
En efecto -dijo mi tío:
Sin pensarlo dos veces, acepto que se queden, el tiempo que ustedes crean
necesario, pero con la condición que deben aportar dinero, para los gastos de
la casa. Inmediatamente mi padre respondió que no había problema alguno.
Después de la merienda mi Padre estaba solo en el cuarto diciendo: - ¡No puedo más!
Después de la merienda mi Padre estaba solo en el cuarto diciendo: - ¡No puedo más!
En ese instante me
acerqué llorando a mi padre y le dije que yo iba a trabajar en la calle
haciendo malabares junto con los otros niños para así aportar en la casa.
Mi padre insistía, diciendo:
-Mi hija no puede peligrar su vida en la calle, hay muchas cosas que te pueden pasar allá afuera, nada es seguro.
Al ver a mi padre tan preocupado le dije que debía confiar en mí, que sabe muy bien que me sé cuidar sola, además no quiero ser una carga más para usted, para mi mamá, ni para mí tío y sé que de esta manera puedo ayudarles a salir adelante.
Mi padre insistía, diciendo:
-Mi hija no puede peligrar su vida en la calle, hay muchas cosas que te pueden pasar allá afuera, nada es seguro.
Al ver a mi padre tan preocupado le dije que debía confiar en mí, que sabe muy bien que me sé cuidar sola, además no quiero ser una carga más para usted, para mi mamá, ni para mí tío y sé que de esta manera puedo ayudarles a salir adelante.
Mi padre con dolor en su
mirada acepto y decidió darme permiso para trabajar.
Al siguiente día muy temprano salí de casa y fui a buscar a los niños malabaristas. Al llegar al parque vi que ellos estaban practicando los malabares, les pregunté si podían enseñarme y muy gustosos lo hicieron, para mi suerte yo era muy buena para los malabares.
Seguidamente fuimos a las calles, estábamos cuatro niños por semáforo, el tiempo pasaba y pasaba, cada vez yo me sentía muy feliz, porque ganaba algunas monedas.
Después llegue a la casa, me senté en la mesa a contar las monedas que había ganado, cuando acabe fui alegre al cuarto de mis padres.
Al siguiente día muy temprano salí de casa y fui a buscar a los niños malabaristas. Al llegar al parque vi que ellos estaban practicando los malabares, les pregunté si podían enseñarme y muy gustosos lo hicieron, para mi suerte yo era muy buena para los malabares.
Seguidamente fuimos a las calles, estábamos cuatro niños por semáforo, el tiempo pasaba y pasaba, cada vez yo me sentía muy feliz, porque ganaba algunas monedas.
Después llegue a la casa, me senté en la mesa a contar las monedas que había ganado, cuando acabe fui alegre al cuarto de mis padres.